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"Ley contra el cristianismo" Dada en el día de la salvación, en el día primero del año uno. (El 30 de Septiembre de 1888 de la falsa cronología)Guerra a muerte contra el vicio: El vicio es el cristianismo.
Artículo primero: Viciosa es toda especie de contranaturaleza. La especie más viciosa de hombre es el sacerdote: El enseña la contranaturaleza. Contra el sacerdote no se tienen razones, se tiene el presidio.
Artículo segundo:Toda participación en un servicio divino es un atentado a la moralidad pública. Se será más duro contra los protestantes que contra los católicos, más duro contra los protestantes liberales que contra los protestantes ortodoxos. Lo que hay de criminal en el ser cristiano crece en medida en que uno se aproxima a la ciencia. El criminal de los criminales es, por tanto, el filósofo.
Artículo tercero: El lugar maldito en el que el cristianismo ha incubado sus huevos de basilisco será arrasado, y, como lugar infame de la tierra, constituirá el terror de toda la posteridad. En el se criarán serpientes venenosas.
Artículo cuarto: La predicación de la castidad es una incitación pública a la contranaturaleza. Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma con el concepto "impuro" es el auténtico pecado contra el espíritu santo de la vida.
Artículo quinto: Comer en la misma mesa con un sacerdote le hace quedar a uno expulsado: con ello se excomulga a sí mismo de la sociedad honesta. El sacerdote es nuestro chandala. Se lo proscribirá, se lo hará morir de hambre, se lo echará a toda especie de desierto.
Artículo sexto: A la historia "sagrada" se la llamará con el nombre que se merece, historia "maldita"; las palabras "Dios", "Salvador", "Redentor", "Santo", se las empleará como insultos, como divisas para los criminales.
Artículo séptimo: El resto se sigue de aquí.
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2 comentarios:
Jeje, aquí parece que ya empezaba a chochear. Precisamente el Anticristo fue el primero libro de un filósofo que leí y el que me atrajo a los arrabales del pensamiento.
El Anticristo es de la época en la que abrazaba a los caballos por la calle.
¿Loco? ¡No! "Especial".
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