13/9/06

Teoría acerca de la peligrosidad que implica despreocuparse de las cigüeñas.

En la historia de la humanidad ha habido miles de cambios, regímenes políticos que caen y otros que se alzan sobre los escombros de aquellos, valores morales que caducan, otros que han sido redescubiertos, países que desaparecen, otros que nacen, animales que se extinguen, modas que pasan...
Solo hay una cosa que ha permanecido inalterable a lo largo del tiempo.

Las cigüeñas han seguido haciendo sus nidos en las iglesias.

Tan habituados estamos a su presencia que son pocas las cuestiones que nos surgen acerca de este curioso animal, desde aquí quisiera romper esta tendencia.¿Qué sabemos exactamente de las cigüeñas?

Es contingente y necesario poner en marcha el "pararse a reflexionar" para darnos cuenta de la magnitud de la importancia de estas aves de la familia de las ciconiidaes. Resulta sensiblemente obvio para todo aquel que lea estas lineas cuales son las características mórficas generales de los entes "cigüeñas". Es un ave palmípeda, su altura no suele diferenciarse mucho de la de un niño de ocho años (Aproximadamente un metro) y su pico es robusto y de gran tamaño.

Es en su comporamiento donde encontramos las características más inquietantes de este cordado volador. En este punto pido humildemente al lector que asuma un papel más activo y haga uso de su memoria para traer a su presente las ocasiones en las que se ha encontrado con una cigüeña en el plano ontológico.
Tengo la certeza de que en todas aquellas ocasiones que el lector ha sido capaz de recordar nunca ha visto comiendo a una cigüeña.Una vez convenientemente contrastado este dato no puedo menos que cuestionarme ¿Es responsable obviar el hecho de nuestra ignorancia acerca de la dieta de este animal? Aún más teniendo en cuenta que esta ave voladora a la hora de nidificar está completamente ligada a medios antropógenos.

Aún a riesgo de abusar de la buena predisposición del lector le vuelvo a pedir que mantenga presentes aquellos encuentros con cigüeñas y reparare en la acción que más ha visto realizar a una cigüeña. Supongo que me dará la razón cuando afirme que lo que más hace una cigüeña es construir su nido, de manera constante e ininterrumpida este animal surca los cielos llevando palos o desperdicios varios que utiliza para cohesionar y estructurar de manera segura su hogar.

Debe saber el lector que un nido de cigüeña puede llegar a pesar aproximadamente seiscientos kilos. ¿Se le ocurre que puede acontecer si uno de esos nidos cae al suelo desde las tremendas alturas sobre las que se contruyen?
¿Sabía el lector que el ala de un ganso puede partirle la pierna a un humano adulto perfectamente desarrollado? ¿Qué no podrán hacer las cigüeñas cuya envergadura alar supera sin problemas los dos metros?

Quizás al lector le parezca exagerado afirmar que existe de verdad un peligro con las cigüeñas, no me creo capacitado de hacerle cambiar de idea, como mucho me limitaré a invitarle a cavilar sobre los datos aquí expuestos. ¿Cual sería vuestra acitutud si nunca comieseís y estuvieseís siempre de obras en casa tal y como les sucede a las cigüeñas? ¿Estariaís de buen humor? ¿O por el contrario os mostrariaís ariscos y hasta cierto punto violentos?
Que sea el lector quien responda de manera honesta.

Nuestro desconocimiento nos hace vulnerables, lejos de mí llamar a la violencia contra estos animales pero me parecería muy racional empezar a preocuparnos por las cigüeñas.

Una última pregunta. ¿Porque se las relaciona con niños? Expertos filólogos e investigadores dedicados a la mitología como J.P. Vernant o M.I. Finley nos han demostrado que siempre hay un poso de credibilidad y certeza en los mitos. ¿Acaso las cigüeñas robaban niños? Dejo la pregunta sin responder porque no me veo capaz de imaginar las implicaciones de estos datos, espero de nuevo que el lector complete lo que yo he empezado.

Próxima entrega: ¿Son las tortugas muy lentas o nosotros muy rápidos? ¿Que había de cierto en lo que contó Zenón de Elea?

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