13/6/07

¿Quién es quién?

¿Se han fijado ustedes en el cuadro que preside el blog? Es la Escuela de Atenas, de Rafael.
Cosa fina, señores.



Vamos a jugar al quien es quien.

En el centro los dos grandes filósofos de la antigüedad: Platón y Aristóteles.
















Platón sostiene el "Timeo" uno de sus famosos diálogos, mientras que Aristóteles hace lo propio con su "Ética"¿han visto que cada uno señala con el dedo en una dirección opuesta? Es porque Platón creía en la existencia de un mundo de las ideas, lo consideraba el verdadero mundo real mientras que en el que nosotros nos desenvolvemos no es mas que una mera imitación de ese mundo perfecto e ideal. En cambio Aristóteles consideraba que la verdadera realidad estaba en nuestro mundo, que era cierto que existían esencias eternas como las que hablaba Platón pero para Aristóteles no se encontraban en un mundo de las Ideas como afirmaba Platón sino que se encontraban en las cosas reales mismas, de ellas debemos aprender a encontrar lo eterno, único e incorruptible.
Es por eso que Platón señala hacia arriba(mundo de las Ideas) y Aristóteles hacia abajo(mundo de las cosas)


Tumbado cual chaval de botellón, al rebelde Diógenes.
En cada esquina inferior los dos grandes matemáticos sobre los que se sostiene el mundo antigüo: Pitágoras y Euclides.

















En el lado derecho vemos a Ptolomeo y a Zoroastro jugando con las maquetitas de la tierra.

En la parte superior a la izquierda vemos a Sócrates, que al parecer le está cantando las cuarenta a un hombre armado(este Sócrates siempre tan insensato), se dice que es Alejandro Magno o Alcibíades, probablemente fuese Alcibíades ya que Sócrates no tuvo relación alguna con Alejandro mientras que con Alcibiades sí, de hecho Alcibíades cuenta en "El banquete" como intentó llevarse a la cama a Sócrates. Si, en serio, no se rían. En fin, aparecen otros personajes como Zenón, Epicuro, Heráclito( algunos sostienen que tiene la cara de Rafael) o Parménides.


Les hablaría también de las técnicas pictóricas y de las perspectivas utilizadas pero de arte se mas o menos lo mismo que de física nuclear y prefiero callarme en ese aspecto y ahorrarme las meteduras de pata.

12/6/07

Palabras que se lleva el viento.

1972.


Asamblea general de las Naciones Unidas.


En el estrado: Salvador Allende






"Estamos frente a un verdadero conflicto frontal entre las grandes corporaciones económicas y los Estados. Estos últimos aparecen interferidos en sus decisiones fundamentales, políticas, económicas y militares por organismos globales que no dependen de ningún Estado. Y que en la suma de sus actividades no responden ni están fiscalizadas por ningún parlmento, por ninguna institución representativa del interés colectivo. En una palabra, es toda la estructura política del mundo la que está siendo socavada. Las grandes empresas transnacionales no solo atentan contra los intereses genuinos de los paises en desarrollo, sino que su actividad avasalladora e incontrolada se da también en los paises industrializados en que se asientan"




Apenas 10 meses después, Salvador Allende fue asesinado en un golpe de Estado del general Augusto Pinochet con colaboración de la potencia que todos ya sabemos e impuso una dictadura cruel y opresiva(como todas).

10/6/07

A quien debéis votar

Como sabrán todos aquellos que vivan en la realidad nacional o país o nación de España(la denominación que toque este mes que nunca me entero de cual es el término correcto) hemos estado de elecciones. La democracia en estado puro, señores.
Aprovechando esta ocasión especial pues me ha dado por escribir algunas reflexiones del todo a cien sobre esto de la política y tal.

Que penita dan nuestros políticos ¿no? Llevan cuatro años gobernando(y haciendo oposición) solos y de repente, las fechas de urnas provoca en ellos una extraña afección a sus retinas que modifica su campo de visión, es decir, de repente empiezan a ver a los ciudadanos, y caen en la cuenta de que tienen que tenernos felices para disfrutar otros añitos de sillón y empiezan a decir que lo van a cambiar todo para bien.

En realidad decir cosas como “los políticos son todos iguales” y “gane quien gane todo va a ser lo mismo” , “son todos unos corruptos” no es ni nuevo ni original, escribir esto no tendría mucho sentido ya que son cosas que todos ya sabemos y que no por eso dejan, por cierto, de ser verdad.
Pero creo que lo interesante es pensar porque es así, porque nuestros políticos son todos tan inútiles y tan iguales, o por lo menos pensar en ello.

Cuando me da por pensar en esto de la democracia suelo pensar, como no, en Grecia y concretamente en Atenas, esos locos griegos y su extraño invento consistente en que todos gobiernen, estaban tan convencidos de su igualdad como ciudadanos que ¡algunos cargos del gobierno hasta los escogían por sorteo! Admiro la valentía de los atenienses, rechazaron a los reyes y dioses como legisladores y gobernadores, si el pueblo era quien vivía todo en sus carnes, solo el pueblo era dueño de su propio destino. Se me reprochará, y con razón, que el concepto de “ciudadano” estaba bastante limitado entre los atenienses, ciudadanos solo eran los hombres adultos y libres, ni mujeres, ni esclavos ni extranjeros, lo que daba como resultado que probablemente solo el 20% de la población de la ciudad era quien decidía los destinos de la ciudad, mas que democracia parecía una oligarquía. (pero no de carácter aristocrático)
Pero claro, esta idea de democracia nos resulta como mínimo chocante.¿Por qué? Porque tenemos muy arraigada la idea de igualdad entre todos los ciudadanos, y nuestro concepto de ciudadano es universal, no como el de los griegos, pero tendrán que reconocer ustedes que fueron los griegos los que dieron ese primer paso, y había que ser valiente para dar el primer paso.
En el ágora lo discutían todo, en el ágora se daban sus propias leyes, por eso Sócrates no quiso desobedecer la ley que le dictaba morir, porque era como faltar al respeto a todo Atenas, al pueblo ateniense, y Sócrates, aún a sabiendas de que la ley era injusta, prefirió morir para demostrar su creencia en la ciudad y el sistema por el que esta regía su propio destino, porque hasta la ley injusta es mejor que la ausencia de ley, ya que una ley injusta puede ser revocada.

El ágora era el lugar de la razón, en el ágora todos los ciudadanos eran iguales, se intentaba que gracias a esas reuniones quien dirigiese la ciudad fuese la razón, para eso ni más ni menos sirve un parlamento, para la argumentación y la contra-argumentación buscando la mejor solución posible para todos.

Puede parecer paradójico pero cuando entrabas en el ágora te hacías especial porque te hacías como cualquier otro, el ágora es “el lugar de cualquier otro” es decir, aquél sitio donde da igual que seas de izquierdas o de derechas, de Cuenca o de Sevilla, mujer u hombre, alto o bajo, rico o pobre, porque en ese sitio antes que nada eres ciudadano.

Los griegos lanzaron un reto a la historia y a la humanidad del porvenir: construir una sociedad desde la razón y no desde la tradición, construir una sociedad en la que cuyo centro existiese un ágora donde los seres humanos decidiesen su futuro y su vida sin que ningún rey, rico o Dios les dijese que hacer.

Los que con más entusiasmo recogieron el guante fueron los ilustrados, el proyecto político de la ilustración pretendía eso precisamente al establecer los parlamentos y los derechos universales del hombre y el ciudadano, y para muestra, un trozo de esa declaración:

El pueblo francés, convencido de que el olvido o el desprecio de los derechos naturales de los hombres son las únicas causas de las desgracias de la sociedad, ha resuelto exponer, en una declaración solemne, estos derechos inalienables y sagrados, con el fin de que todos los ciudadanos puedan comparar sin cesar los actos del gobierno con el objetivo de toda institución social, no dejándose jamás oprimir ni envilecer por la tiranía; con el fin de que el pueblo tenga siempre delante de los ojos las bases de su libertad y de su felicidad; el magistrado la regla de sus deberes; el legislador el objeto de su misión.

Los ilustrados fueron conscientes de lo mismo que los griegos, que nadie podía usurpar el lugar de las leyes, que todos, por mucho que tuviésemos diferencias de origen o de condición éramos ciudadanos, y en ese sentido, iguales para la vida pública. En resumen. “Que todos somos iguales ante la ley”.

¿Cuántas veces hemos oído esa frasecita? ¿cuántas veces nos hemos preguntado si se cumple o no en realidad? La razón, como ya sabéis, es porque nuestras sociedades occidentales del primer mundo se han autoproclamado hijas de Grecia y legítimas realizadoras del proyecto político ilustrado, desde pequeñito se nos han inculcado las bases teóricas de la ilustración(con las lógicas actualizaciones), de hecho, en esa declaración que hemos citado más arriba aparece otra cosa que también nos suena mucho, el gobierno, el magistrado y el legislador como tres ente distintos e independientes; en definitiva: La división de poderes que conforma un Estado de Derecho.

Decimos que una sociedad está en Estado de derecho cuando los tres poderes, el ejecutivo, el legislativo y el judicial son independientes entre sí, lo que significa que, llegado el caso, yo podría demandar al gobierno democráticamente elegido para ser juzgado por una leyes que no han hecho ni jueces ni gobernantes.

Llegados a este punto es una perogrullada decir que ni Grecia ni Ilustración ni leches en vinagre, nuestras sociedades occidentales no han conseguido las metas planteadas mas que solo en apariencia, de hecho, tenemos nuestra ágora particular, la llamamos Parlamento, y tenemos jueces y legisladores. Nuestra sociedad solo se gobierna desde el Parlamento en apariencia, son las multinacionales y los grandes empresarios quien tienen en último término la sartén por el mango. En el parlamento podemos decidir como queremos llamar a España, si realidad nacional o nación, en las juntas de la empresas se decide de cuanto va a ser el recorte de plantilla del próximo ejercicio, dejando en la calle a miles de familias.

La cosa me parece triste en tanto en cuanto luego vamos diciendo por ahí que vivimos en una democracia auténtica cuando se podría llamar con mucha más propiedad “Pseudo-fascismo con apariencia de democracia” existen unas oligarquías supuestamente benévolas con el pueblo que cada cuatro años nos permiten elegir entre una de izquierdas o de derechas (o así por lo menos se denominan) hay que ser muy cínico o no haberse enterado de la misa la media para llamar a eso “Democracia” y luego ir por el mundo dando lecciones de lo que es democracia y que no lo es. Las sociedades occidentales no viven en una democracia sino en una encubierta dictadura del capital.

Por eso dan tanta pena nuestros políticos, porque no deciden nada, porque en el Parlamento sólo nos han dejado espacio para discutir de cosas que sirven para llenar el telediario y las tertulias de radio, pero una auténtica discusión de cosas importantes, como por ejemplo acabar con la situación de indefensión de los obreros ante las empresas o erradicar el paro, le está vetado al Parlamento. Esas cosas, las que si que significarían un cambio sustancial para la sociedad, se deciden en juntas de empresarios.
Vaya, tal y como ponía en el título, el objetivo de estas palabrejas mal juntadas era decirles a quien debían votar, pero se me ha acabado el tiempo, tendrán ustedes que pensar por sí mismos a quien deben votar (o si deben votar).

8/6/07

Leído por ahí.

Los dos grandes axiomas de la filosofía:

1.- Para cada filósofo existe uno igual y opuesto.
2.- Ambos están equivocados.

6/6/07

El derecho a la pereza

Paul Lafargue es un conocido autor y pensador político del siglo XIX, yerno de Marx(se casó con la pequeña de la casa, laurita) realizó su labor política sobre todo en España y Francia(Los anarquistas le repudian, los comunistas/socialistas le adoran).

El caso es que uno de sus ensayos más famosos es "El derecho a la pereza" en la que enfocaba su crítica al capital sobre todo por el excesivo e innecesario trabajo al que obliga al ser humano este sistema económico.

En la obra defiende que el anticapitalismo es precisamente eso, el derecho a la pereza, la palabra pereza ha sufrido toda una labor de desprestigio por parte del capitalismo, que nos ha inculcado a sangre y fuego que el trabajo dignifica. (claro que dignifica, pero no solo el físico, también el artístico o intelectual, y con respecto al físico, este pierde toda su dignidad al prolongarse las excesivas horas que nos obligan a trabajar)


Lafargue se pregunta como es posible que existan aborígenes o pueblos primitivos que trabajen un par de horas al día y el resto de la jornada la dediquen a vaguear y cantar y dormir y pensar y vivir y nosotros, de una sociedad infinitamente más avanzada tecnológicamente tengamos que trabajar ocho horas diarias.


Aristóteles decía que el día que las máquinas de hilar no necesiten a alguien que las controle el ser humano podrá vivir y dedicarse a pensar, él filósofo nos auguraba una era de descanso y tiempo libre que nos dejaría libres para soñar y pensar, cultivarnos como seres humanos.


Bien, más o menos hemos conseguido realizar el milagro aristotélico, esto es, conseguir que las maquinas se automatizen, pero resulta, que en vez de liberar nuestro tiempo hemos triplicado nuestra jornada laboral. ¿Cómo es posible? Exigencias del capital, a mí no me pregunten.




El fin de la revolución no es un triunfo de la justicia, de la moral, de la libertad y demás embustes con que se engaña a la humanidad desde hace siglos, sino trabajar lo menos posible y disfrutar, intelectual y físicamente, lo más posible. Al día siguiente de la revolución habrá que pensar en divertirse


Paul Lafargue. "El derecho a la pereza"
Paul Lafargue con ganas de fiesta

3/6/07

¿Qué dijo? XXXI

Marx y Engels.

¡Y la burguesía dice que la abolición de semejante estado de cosas[Propiedad privada] es abolición de la personalidad y de la libertad! Y con razón. Pues se trata efectivamente de abolir la personalidad burguesa, la independencia burguesa y la libertad burguesa (...)

Os horrorizáis de que queramos abolir la propiedad privada. Pero, en vuestra sociedad actual, la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros; existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad(...)

Pero es que vosotros, los comunistas, queréis establecer la comunidad de las mujeres! -nos grita a coro toda la burguesía.

Para el burgués, su mujer no es otra cosa que un instrumento de producción. Oye decir que los instrumentos de producción deben ser de utilización común, y, naturalmente, no puede por menos de pensar que las mujeres correrán la misma suerte de la socialización.
No sospecha que se trata precisamente de acabar con esa situación de la mujer como simple instrumento de producción.