Conforme retrocedemos en la cronología histórica y nos acercamos a la vida primitiva, el abandono de la propia vida al yo social y colectivo es demasiado acusado. Lo que "se dice", la opinión establecida de antiguo, en suma, la tradición domina por completo al pensamiento individual. Cuando un pensamiento funda su verdad en que me parece evidente, el principio que me mueve a aceptarlo se llama razón.
Cuando, por el contrario, funda su verdad en que "se dice" por la gente desde tiempo inmemorial el principio que me mueve a aceptarlo se llama tradición. La razón nos aparece como un imperativo a cada cual a recurrir a sí mismo. La tradición, viceceversa, como un imperativo de escamotear nuestro "yo mismo" disolviéndolo en lo colectivo.
1 comentario:
Siempre podemos ir racionalizando la tradición poco a poco. O, irla ninguneando, si es una tradición inútil. También se puede decir NO antes de disolverse en la caústica tradición. A veces no es tan difícil y puede que nos encontremos con más compañeros de viaje de los que pensábamos.
Me gustan tus llamadas de atención.
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