Muy buenas a todos, os presento a Platón:
Platón fue quizás el filósofo de la antiguedad con mayor destreza a la hora de escribir, Plutarco dijo de él que si Zeus alguna vez hubiese hablado se hubiera expresado como Platón, algunos investigadores de la historia de la filosofía han llegado a decir (cosa pelín exagerada) que desde que Platón término "Las leyes", el último de sus escritos, toda la filosofía que se ha hecho no han sido más que notas a pie de página de los diálogos platónicos.
En fin, lo que se dice un tio listo.
Platón era muy dado a ilustrar sus ideas y teorías con pequeñas invenciones en forma de historias ficitícias, la más célebre de todas ellas es sin lugar a dudas su alegoría de La Caverna, de la que me gustaría hablar más detalladamente en otra ocasión.
Pero mientras tanto, me gustaría deleitaros con otra pequeña historia platónica, la de Giges el pastor, a ver si os suena.
"Giges era un pastor que servía al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un terremoto que rasgó la tierra y produjo un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió al abismo y halló, entre otra maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y con ventanillas, a través de las cuales divisó adentro de un cadaver de tamaño más grande que el de un hombre, según parecía y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo y salió del abismo . Ahora bien. los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey informe mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo.
Tras sentarse entre los demás, casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su mano. Al suceder esto se tornó invisible para los que estaban sentados allí, quienes se pusieron a hablar de él como si se hubiera ido. Giges se asombró, y luego, examinando el anillo, dio vuelta al engaste hacia fuera y tornó a hacerse visible. Al advertirlo, experimentó con el anillo para ver si tenía tenía tal propiedad, y comprobó que así era: Cuando giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y, cuando lo giraba hacia afuera, se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar parte de los que fueron a la residencia del rey como informantes; y una vez allí, sedujo a la reina, y con ayuda de ella mató al rey y se apoderó del gobierno(...)"
A mi no me gusta la palabra plagio, es más, esto con toda seguridad es un homenaje de Tolkien a Platón, pero claro, si lo hace Ana Rosa Quintana resulta que es una copia burda, no hay justicia en este mundo. (Ni en el de las ideas)
3 comentarios:
La histori(et)a que cuenta Heródoto de Giges es muy diferente. En ella el rey, Candaules, tenía por mujer con mucho a la más hermosa de todas. Pero una cosa era hablar de su belleza y otra contemplarla. ¿Y de qué sirve tener a una mujer guapa si no puedes dar envidia a tus amigotes? Así que convence a su ministro Giges de que se deje esconder en su cámara nupcial y así poderla contemplar cuando se desnude. Pero la mujer se da cuenta de que es observada y calla. Ofendida, al día siguiente pilla por banda a Giges y le da a elegir entre dos caminos: matar a Candaules, casarse con ella y convertirse en el rey o bien que muera él por haber visto lo indebido. No creo que Giges se lo tuviera que pensar mucho.
Murió. ¿verdad?
En tal caso, lo que se saca en claro de esta historia es que el rey y la reina no tenían un matrimonio modélico.
Y también que hay personas que no pueden disfrutar de una posesión sin fardar a los demás.
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