22/1/11

Nuestra nueva Democracia

Sacado de “El odio a la democracia” de Jacques Ranciere:

En la hora de las grandes superficies y de la telefonía móvil, las reiteradas lamentaciones de los estragos causados por el individualismo de masas no hacen más que añadir unos cuantos accesorios modernos a la fábula platónica del indomable asno democrático.
Esto divierte pero aún más asombra ¿No se nos recuerda todo el tiempo que vivimos en la época de la técnica, de los estados modernos, de las ciudades tentaculares y del mercado mundial, ajenos ya por completo a aquellas aldeas griegas que fueron antaño lugares de invención de la democracia? La conclusión que se nos invita a sacar es que la democracia es una forma política de otro tiempo, inconveniente ahora para el nuestro, salvo al precio de importantes modificaciones y, en particular, de resignar seriamente la utopía del poder del pueblo


Leyendo este fragmento me han venido a la cabeza las innumerables ocasiones en las que nuestros políticos, digo nuestros aunque sean más bien propiedad de los bancos y las grandes fortunas, nos han recordado que es hora de apretarse el cinturón, que no es este tiempo de grandes sueños sino de ser realistas, es decir, tal y como dice Ranciere: “de resignar seriamente la utopía del poder del puebloel mensaje es el siguiente, frente a una hipotética forma idealista de llevar una democracia se aboga ahora por una forma realista o dura, de tener los pies sobre la tierra y demás frases hechas y lugares comunes que sirven para dar a entender que no hay ya posibilidad de elección en las acciones de los gobiernos.
¿Y en que consiste esa forma dura y/o realista de llevar la democracia? En poner en suspenso conquistas sociales que aparecen ahora como palos en las ruedas de la recuperación económica, ¿Por capricho? No, porque es lo que toca, sería irresponsable no actuar así, nos lo dice Rubalcaba siempre que le ponen un micrófono delante.

Creo sinceramente haber aprendido pocas cosas de estos años de estudios de filosofía pero sin embargo hay pequeños detalles a los que me aferro por parecerme como dijo el francés ·claros y distintos” en su sola presencia, y uno de ellos es que la política fue eso que inventó el hombre para regir su vida social de una manera libre, con libre me refiero a   liberado del orden de la necesidad impuesto por la naturaleza, dicho de otra forma si la naturaleza nos obliga a andar sobre la tierra nosotros inventamos los aviones, si la naturaleza nos obliga a reproducirnos resulta que nosotros además nos amamos, si la naturaleza nos obliga a vivir bajo la ley del más fuerte resulta que nosotros nos inventamos el derecho y la igualdad entre los individuos de nuestra especie, es decir, que la política es aquello que nos libera del orden de la naturaleza y nos da la posibilidad de elegir.

Sin embargo, oímos justamente lo contrario actualmente, la política está para hacer las cosas por necesidad, porque así ha de ser, o porque así lo mandan los tiempos, es cosa muy grave interpretar así la política porque sería llamar política a algo que no lo es, algo que es más bien otra necesidad impuesta por la naturaleza pero no la biológica sino la del mercado en este caso.

Si es grave corromper así la concepción de la política para adecuarla a lo que el mercado necesita que sea la política casi debería considerarse un crimen o una estafa teórica posicionarse ahí y llamarse así mismo “responsable”.

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