22/10/07

¿Qué hay dentro de un libro? XLIII

Durante 40 años, Cuba ha sido tratada como la leprosa de América, por el delito de haber creado la sociedad más solidaria y menos injusta de la región. En estos últimos años, esa sociedad ha perdido, en gran medida, su base material de apoyo: la economía se ha descalabrado, la invasión del turismo ha transformado la vida cotidiana de la gente, el trabajo ha perdido su valor y los traidores de ayer se han convertido en los traidólares de hoy. A pesar de esos recientes pesares, siguen en pie algunas de las conquistas de la revolución que hasta sus más acérrimos enemigos reconocen, sobre todo en educación y salud: la mortalidad infantil, por ejemplo, se ha reducido a tal punto que en toda Cuba muere, en promedio, la mitad de los niños que mueren en la ciudad de Washington. Y Fidel Castro sigue siendo el gobernante que más le canta las cuarenta a los mandones del mundo, y el que más machaconamente insiste en la necesidad de que los mandados se unan. Como me dijo un amigo, recien llegado de la isla.
- Les falta de todo. Eso sí: dignidad les sobra. Como para hacer transfusión.
Pero la crisis de Cuba, y su trágica soledad, ha desnudado las limitaciones de la verticalidad del poder, que sigue teniendo la mala costumbre de creer que los hechos no existen si la prensa oficial no los menciona.
Los nueve presidentes de EE.UU. que, sucesivamente, han condenado a grito pelado la falta de democracia en Cuba, no han hecho más que denunciar las consecuencias de sus propios actos. Fue por obra de la agresión incesante, y del largo bloqueo implacable que la revolución cubana se militarizó cada vez más, y terminó por adoptar un modelo que no era su proyecto original. La omnipotencia del Estado, que empezó siendo la respuesta a la omnipotencia del mercado, ha terminado convirtiéndose en impotencia burocrática. La revolución quería multiplicarse transformándose y ha generado una burocracia que se reproduce repitiéndose. A estas alturas, el bloqueo de adentro, el bloqueo autoritario, está resultando tan enemigo como el bloqueo imperial de afuera, contra la energia creadora que la revolución contiene. Son muchos los ciudadanos que pierden la opinión por falta de uso. Pero otros hay que no tienen miedo de decir y que tienen ganas de hacer, y por su aliento sigue Cuba viva y coleando.
Eduardo Galeano. "Patas Arriba: La escuela del mundo al revés"

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